sábado, 26 de mayo de 2012

Ayer



Ayer pasó el pasado lentamente 

con su vacilación definitiva 
sabiéndote infeliz y a la deriva 
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente 

y se llevó tu libertad cautiva 
cambiando su silencio en carne viva 
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia 

y su deshilachada incertidumbre/ 
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre 

sembrando de fracasos tu memoria 
y dejándote a solas con la noche. 


(Confieso que, a pesar de que ya no estabas. Te busqué en los colectivos de Montevideo, te busqué por la Rambla, o ahí atrás de la foto en el Mausoleo, entre los árboles -que quedaron luego de la dictadora- en la 18, en tu Café de siempre, por la peatonal Sarandí y aunque en carne no te encontré, nunca te fuiste de ahí. Sos un presente, siempre.)


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